El Salar de Uyuni, Bolivia
El mayor desierto de sal del planeta -con unos 10.600 kilómetros cuadrados- se encuentra a más de 3600 metros sobre el nivel del mar. Esto hace que esta sábana blanca sin fin que es el Salar de Uyuni se llegue a confundir con el cielo en el lejano horizonte.
Oasis de Huacachina, Perú
Cerca de la costa sur de Perú, y a tan sólo 5 kilómetros de la ciudad de Ica, se encuentra una laguna de color esmeralda que ha aflorado del subsuelo del desierto costero del Pacífico. Una de las mayores atracciones del oasis de Huacachina, el sandboarding, no surge del agua sino del desierto.
The Pinnacles, Australia
Se encuentra situado dentro de los límites del Parque Nacional de Nambung en Western Australia. Miles de formaciones calcáreas se levantan de la arena en formas esculpidas por el capricho del viento. Algunos son realmente pequeños otros miden metros. Un paisaje que parece salido de un cuadro surrealista.
Capadocia, Turquía
En Anatolia Central se encuentra la región histórica de Capadocia. En ella se encuentran valles, desfiladeros y montañas hechas de una roca de frágil consistencia. El viento y la lluvia se han encargado de erosionarlas durante milenios y el resultado es un paisaje espectacular que parece fruto de la imaginación de un escultor abstracto. Para darle mayor atractivo, entre rocas, tierra y hierba se hayan camufladas ciudades enteras. El espectáculo se completa con los coloridos globos aerostáticos que pueblan los cielos cada día.
La Calzada del Gigante, Irlanda del Norte
Esta formación de unas 40.000 columnas basálticas que se encuentra al noreste de la isla de Irlanda se creó por el enfriamiento, casi instantáneo, de ríos de lava hace unos 60 millones de años.